Dicen que el secreto de una buena cerveza no está solo en la malta, sino en el agua y en la mano que mece la cocción.
Hace años, en las cañadas más profundas del bosque mesófilo de montaña, donde el chipichipi nunca cesa, un maestro cervecero buscaba el manantial más puro de la región. Obsesionado con la perfección, se adentró donde nadie se atrevía, ignorando las advertencias de los viejos cafetaleros. Allí, entre helechos gigantes y sombras, encontró su destino: una Nauyaca Real.
El veneno corrió por sus venas, fuego líquido destinado a matar a cualquier hombre común. Pero él no era un hombre común; su sangre ya estaba espesa de lúpulo y levadura.
Cayó en un sueño febril que duró tres noches bajo la lluvia. No murió. Al despertar, sus ojos habían cambiado y su fuerza se había duplicado. El veneno no lo destruyó; se fusionó con él. Entendió entonces que la vida es un equilibrio delicado entre el peligro y el placer, entre la toxina y el antídoto.
Un alquimista de mediana edad, de músculos forjados cargando costales de grano y cicatrices que cuentan historias. Después de un tiempo regresó a la ciudad de Xalapa con una sola misión: crear cervezas con tanto carácter que pudieran despertar a los muertos o tumbar a los vivos.
Hoy, desde su guarida, sigue cocinando. Sus brebajes no son para los débiles de espíritu. Son el tributo a esa mordedura que le dio una segunda vida.

Y como el Capitán suele decir: ¡Para sed de la mala, veneno del bueno!.

Visita el Nauyaca tap room en la ciudad de Xalapa, Ver. donde podrás encontrar las cervezas NAUYACA y nuestros platillos de temporada. Haz click para conocer el menú.

Nauyaca llego para quedarse, con la responsabilidad del día a día llevar a Nauyaca un paso más adelante. Comemos, bebemos y disfrutamos Nauyaca para que tu vivas la misma experiencia.

Para nosotros la cerveza es una bebida viva que debe ser tratada con respeto, como a los integrantes del equipo y sobre todo a ti, nuestra razón de existir.